Marleny garcía lozano
marleny.gar@hotmail.com
Facultad de Ciencias Biológicas
Unidad Torreón
UAdeC
CienciaCierta #47
Resumen
El término eutrofización se define como el enriquecimiento de nutrientes en sistemas acuáticos, el cual promueve el aumento en la densidad del fitoplancton. Este fenómeno provoca cambios en la diversidad del cuerpo de agua generando una pérdida de la calidad del agua así como condiciones anóxicas. El fenómeno ocurre de manera natural a lo largo de la vida de los lagos, aunque se requieren miles de años para que suceda. Las actividades humanas han inducido la transformación de cuerpos de agua a su estado eutrófico a través de la descarga de residuos, lo cual genera un gran problema de contaminación ambiental en muchos sistemas acuáticos alrededor del mundo.
- Introducción
La eutrofización es el proceso por el cual un cuerpo de agua es enriquecido con nutrientes limitantes para el fitoplancton, principalmente fósforo y nitrógeno, y en algunas ocasiones silicio, potasio, hierro o manganeso. Estos nutrientes promueven el crecimiento excesivo de algas y su acumulación, las cuales se descomponen por la intervención de organismos aerobios presentes en el sistema, agotando el oxígeno disponible, provocando la turbidez en los cuerpos de agua, condiciones anóxicas y, como resultado, la muerte y descomposición de la flora y fauna acuática (Harper, 1992). Este proceso se lleva a cabo naturalmente en la etapa de vida de un lago en un periodo de quinientos a 10 mil años (eutrofización natural) (Salameh y Harahsheh, 2010). Sin embargo, las actividades humanas han acelerado su velocidad y su grado provocando que ríos, arroyos, lagos y océanos alrededor del mundo se transformen de oligotróficos a mesotróficos, eutróficos y finalmente hipertróficos en décadas (eutrofización cultural) (figura 1), por lo que se ha considerado como un problema de contaminación global desde mediados del siglo xx.
En 2008 la Fundación del Comité Internacional de Ambientes de Lagos (ilec) reportó que el 54% de lagos asiáticos, 53% de los europeos, el 48% de los América del Norte, el 41% de los sudamericanos y el 28% se encuentran en estado eutrófico (ilec, 2008). Las zonas muertas del océano como gran parte del Golfo de México, el mar Báltico, el mar Negro, el mar Kattegat y el mar Oriental de China son producto de este proceso. Las principales fuentes de enriquecimiento de los ecosistemas acuáticos son las aguas residuales, los detergentes, las descargas industriales, la escorrentía de la agricultura, las obras de construcción, y las áreas urbanas. Estas actividades incrementan el flujo de nutrientes orgánicos e inorgánicos en ecosistemas terrestres, acuáticos y marinos costeros, promoviendo la eutrofización en sistemas acuáticos. La eutrofización no solo afecta las características biológicas y ecológicas del sistema acuático, sino que también produce graves pérdidas económicas ya que puede causar hipoxia costera y alterar la red alimentaria en las zonas amenazadas (Scholten, 2005).
Los criterios para la evaluación de la eutrofización se basan en concentraciones de los nutrientes limitantes, la cantidad de clorofila a, la saturación de oxígeno y la transparencia presente en el sistema. Se han desarrollado estrategias para combatir este fenómeno, en las cuales destacan la restricción del suministro de nutrientes mediante la mejora en la gestión de las prácticas agrícolas, tratamientos de agua, aireación hipolimnética, biomanipulación y el uso de plaguicidas (Khan y Ansari, 2005).
Tabla 1. Clasificación de condiciones tróficas en cuerpos de agua. NT= Nitrógeno total, PT=Fósforo total, DS= Disco de Schecci (OECD, 1982).
- Enriquecimiento de nutrientes
La disponibilidad relativa de los distintos nutrientes está en constante cambio, ya que depende de las interacciones en los ciclos biogeoquímicos. La entrada de una gran cantidad de nutrientes a un cuerpo de agua provoca un desbalance en dichos ciclos, lo que resulta en el crecimiento excesivo de fitoplancton. Los dos principales nutrientes, además de carbono, oxígeno e hidrógeno (ambos pueden ser tomados directamente del cuerpo de agua) son el fósforo y el nitrógeno. Estos nutrientes se consideran limitantes ya que son claves para el crecimiento del fitoplancton, el cual es proporcional a la tasa de su suministro y puede ser controlado cuando se restringe su entrada al sistema acuático (Salameh y Harahsheh, 2010).
Comúnmente se considera que el P limita el crecimiento del fitoplancton en aguas dulces, mientras el N lo provoca en ambientes marinos (Anderson et al., 2002). Cuando el P es el factor limitante, una concentración de 0.01 mg/L de fosfato es suficiente para la reproducción del fitoplancton, concentraciones de 0.03 a 0.1 mg/L o mayores promueven la proliferación de cianobacterias. La concentración de fósforo disponible para limitar la velocidad de crecimiento del fitoplancton es de 2 a 8 µg/L y de 15 a 20 µg/L de nitrógeno disponible (Lee y Jones-Lee, 2005). Para determinar cuál es el nutriente limitante para el crecimiento del fitoplancton en un determinado cuerpo de agua es importante tomar en cuenta tanto la concentración de N como la de P en el sistema, ya que el radio estequiométrico (N: P) es el que indica realmente cuál es el nutriente limitante. Según Redfield (1934) el fitoplancton necesita en promedio un radio de 106C:16N:1P para su crecimiento y reproducción. La disponibilidad de los nutrientes tiene un gran impacto en el fenómeno de eutrofización, ya que éstos pueden estar presentes en concentraciones altas pero su asimilación puede ser lenta por las formas en las que se encuentra dicho nutriente.
El P se encuentra principalmente adsorbido en partículas de limo y arcilla, también está presente en forma orgánica en el detrito y una pequeña cantidad se encuentra como ortofosfato soluble, el cual es la forma disponible para el fitoplancton. Debido a esto su disponibilidad es muy baja en aguas dulces en comparación con los ecosistemas marinos en donde la gran cantidad de aniones presentes compiten con el fósforo por los sitios de sorción de dichas partículas, lo cual lo hace biológicamente disponible (Conley et al., 2009).
El nitrógeno se encuentra disponible en distintas formas: nitrato (NO3), amoniaco (NH3) y nitrógeno orgánico (Salameh y Harahsheh, 2010). El nitrógeno no es considerado como un nutriente limitante en lagos ya que en estos sistemas existen cianobacterias con la capacidad de fijar el N atmosférico, cuando la disponibilidad de N es relativamente baja en comparación con el P. Sin embargo, la tasa de fijación de N es excesivamente baja en sistemas acuáticos con salinidades mayores a 8-10ppt, esto se debe principalmente a los altos niveles de sulfato en el mar (28mM) (Canfield & Farquhar, 2009), ya que estas concentraciones dificultan la asimilación de molibdeno, el cual es necesario para la fijación de N (Conley et al., 2009).
El oxígeno presente en el sistema también determina la disponibilidad del P, en condiciones anóxicas la fracción soluble de este elemento incrementa drásticamente, por lo que se liberan grandes cantidades de P de los sedimentos. Cuando hay presencia de oxígeno este P inorgánico soluble es adsorbido por hidróxidos férricos y carbonato de calcio precipitándose como fosfato férrico.
Generalmente, el carbono no es considerado un nutriente limitante para las plantas debido a la gran cantidad de CO2 atmosférico disponible, pero una alta carga de C en un sistema acuático implica el incremento en la demanda bioquímica de oxígeno debido a la degradación de los compuestos orgánicos por microorganismos presentes en los cuerpos de agua. Las principales fuentes de carbono son los desechos agroindustriales y de industrias alimentarias (King, 1970).
- Causas de eutrofización cultural
Las actividades humanas tienen un gran impacto en los ciclos del carbono (C), nitrógeno (N) y fósforo (P). Existen distintas fuentes de enriquecimiento de estos nutrientes las cuales pueden incidir directa e indirectamente en los cuerpos de agua. Las fuentes directas incluyen el flujo de aguas residuales, la intensificación de la ganadería, el consumo de combustibles fósiles y energía, el incremento en el consumo de fertilizantes y la transformación en la tierra para usos agrícolas, estos fenómenos son causados por fuentes indirectas como el crecimiento de la población y la economía así como los cambios estructurales en determinada región y la globalización (Khan y Mohammad, 2014). La entrada de N al ciclo terrestre ha aumentado casi el doble. La población humana moviliza más de cincuenta millones de toneladas métricas de N en las trasformaciones del suelo. En 1950 la producción mundial de fertilizantes agrícolas aumentó diez millones de toneladas métricas, en 1990 esta producción había aumentado casi ocho veces más, y se ha previsto que para el 2030 la producción será de 135 millones de toneladas métricas. Además del uso de fertilizantes químicos, también se implementan abonos provenientes de desechos de animales los cuales tienen una gran carga de N. No todo el N aplicado a tierras de cultivo es utilizado por las plantas, por lo que el excedente se acumula en el suelo y es transferido a las aguas superficiales y/o subterráneas o entra en la atmósfera en forma de amoniaco y óxido nitroso (Khan y Ansari, 2005). El ciclo del P también es influenciado por estas actividades. Las minas de fosfato son una fuente importante de este anion, también está presente en gran medida en desechos de animales, aunque las fuentes de P más importantes son la agricultura y las aguas residuales domésticas. Más del cincuenta por ciento de estas aguas provienen de desechos humanos y entre el veinte y el treinta por ciento de detergentes (Penelope y Charles, 1992), los cuales contienen cantidades considerables de fosfatos (30-50%) (Knud-Hansen, 1994). Este elemento es relativamente inmóvil, su movilización a los cuerpos de agua se lleva a cabo a través de flujos de erosión del suelo y de escurrimientos pluviales. La concentración promedio del P en las aguas residuales varía entre 4-14 mg PO43--P/L (Metcalf y Eddy, 2003). Estas aguas residuales en ocasiones son desechadas a lagos, ríos y mares sin un tratamiento previo, permitiendo la entrada de P al sistema acuático, otra fuente importante de P son las escuderías provenientes de la agricultura, por el uso de fertilizantes y de la ganadería, por las excretas de animales (Khan y Ansari, 2005).
Los factores medioambientales como la temperatura, irradiación y la disponibilidad de nutrientes tienen un gran impacto en la eutrofización de sistemas acuáticos. El nivel de dióxido de carbono tiene una gran influencia en este fenómeno, los cianófitos son capaces de sobrevivir en bajas cantidades de dióxido de carbono además de ser más flotantes a estas concentraciones y a un pH alto, esto los mantiene en la superficie del cuerpo de agua favoreciendo la captación de luz solar, limitando la presencia de otras especies de fitoplancton e inhibiendo el crecimiento del zooplancton. Las algas en la superficie del sistema acuático absorben casi completamente la luz, provocando la muerte e inhibición de otros organismos fotosintéticos. Los microorganismos presentes consumen los cadáveres en las aguas disminuyendo el oxígeno disuelto, esto provoca la muerte de peces y que el sistema entre en estado de hipoxia. La temperatura y la salinidad también son factores importantes en la eutrofización. Se ha observado que el florecimiento de algas ocurre a temperaturas de 23 a 28ºC y a una salinidad del 23-28%. El pH también tiene una gran influencia en la eutrofización, ya que es un factor de crecimiento para muchos organismos, además de su influencia en la especiación de nutrientes presentes en el cuerpo de agua, lo que podría disminuir la disponibilidad y absorción de estos. Un ejemplo es la especiación del fosfato, ya que su absorción es acelerada a un pH ácido. La variación de estos parámetros influyen directamente en la diversidad de especies en el cuerpo de agua, ya que ciertas condiciones pueden favorecer a algunas especies, mientras otras son inhibidas (Yang et al., 2008).
- Consecuencias
La eutrofización de sistemas acuáticos tiene un impacto altamente negativo en el medio ambiente. El gran crecimiento de fitoplancton provoca un enturbiamiento en el sistema que impide la entrada de la luz al fondo. Los organismos fotótrofos no pueden realizar sus actividades metabólicas lo que provoca su muerte, por lo que la producción de oxígeno disminuye y los organismos descomponedores, principalmente bacterias aerobias, comienzan a consumir el oxígeno presente, creando un ambiente anóxico. Este ambiente hace inviable la existencia de la mayoría de las especies que previamente formaban el ecosistema. La disminución del oxígeno disuelto por microorganismos crea condiciones hipóxicas las cuales favorecen el crecimiento de microorganismos anaerobias como bacterias sulfato reductoras y arqueas metanogénicas, en la sulfato reducción se produce H2S el cual tiene un efecto altamente tóxico para la fauna presente en el sistema acuático a bajas concentraciones (0.1 mg/L) (Torrans y Clemens, 1982), las arqueas metanogénicas producen CH4 el cual tiene un potencial de calentamiento global 25 más que el CO2 (EPA, 2010).
Según Smith y Schindler (2009) los principales efectos de la eutrofización en cuerpos de agua son:
- Aumento de la productividad y biomasa y composición de algas, cianobacterias y plantas vasculares.
- Cambios en las especies de algas, las cuales pueden ser tóxicas o no comestibles por los herbívoros presentes en el sistema acuático.
- Disminución en la productividad de peces y moluscos deseables para el consumo humano.
- Disminución en la salud y el tamaño de las comunidades de arrecifes de coral marinos.
- Amenazas a las especies acuáticas en peligro de extinción.
- Aumento en la incidencia de muerte de peces.
- Disminución en la diversidad de peces.
- Disminución en la transparencia del agua.
- Cambios en el sabor, olor y problemas de filtración en los suministros de agua potable.
- Disminución del oxígeno disuelto.
- Disminución en el valor estético percibido de las masas de agua.
- Impactos económicos negativos, incluyendo la disminución de los valores de propiedad y en usos recreativos.

- Cadena trófica y diversidad
La cadena alimenticia en sistemas acuáticos principalmente en lagos, es llevada a cabo por las interacciones entre bacterias, algas, macrófitos, micro y macro zooplancton y protozoarios. Cuando el cuerpo de agua entra en estado eutrófico, la diversidad de estos organismos se ve fuertemente afectada. El fitoplancton es considerado el productor primario en sistemas acuáticos. Estos organismos fijan el carbono por medio de la fotosíntesis y son consumidos por protozoarios (ciliados y flagelados), por microzooplancton (rotíferos y larvas de copépodos) y por el macrozooplancton (cladóceros y copépodos). La segunda ruta de la cadena trófica ocurre de los protozoarios al micro y macro zooplancton. El microzooplancton es consumido por peces pequeños y anfibios que a su vez, sirven de alimento para peces depredadores. Estos peces depredadores también consumen en gran medida a los cladóceros, por lo que los cladóceros buscan refugio en los macrófitos y sólo migran a aguas abiertas durante la noche, cuando el riesgo de depredación ha disminuido. La cadena trófica acuática es una fuente de alimento para muchas aves y mamíferos. Las bacterias no forman parte de un nivel trófico, pero su papel en sistemas acuáticos es de gran importancia. Las actividades microbianas en el proceso de eutrofización influencian la floración de algas. La cantidad de microorganismos presentes está relacionada con el contenido de materia orgánica y de plancton en un agua eutrófica. Ya que estos al degradar la materia orgánica producen nutrientes biodisponibles para las algas favoreciendo su proliferación, por lo que existe cierta relación entre la cantidad de bacterias y la aparición de la eutrofización (Havens, 2014).
Un clásico signo de eutrofización es el incremento de biomasa y la dominancia de cianobacterias. Los géneros comúnmente presentes en aguas dulces y en estuarios son microcystis, cylindrospermopsis, anabaena, planktothrix, aphanizomenon y nodularia (Ger et al., 2014), los cuales dominan la comunidad fitoplanctónica en un estado eutrófico, mientras que la población zooplanctónica sufre una disminución en especies de daphnia y un incremento en rotíferos y copépodos. Según Auer y colaboradores (2004), en lagos mesotróficos cerca del treinta por ciento de la biomasa planctónica pertenece al zooplancton y el 45% al fitoplancton. En lagos hipertróficos, el zooplankton dismninuye un quince por ciento y el fitoplancton aumentan cerca del ochenta por ciento. La comunidad fitoplanctónica constituida principalmente por cianobacterias, algas y macrófitos también cambia en gran medida. La velocidad de producción de algas es dependiente de la disponibilidad del fósforo y nitrógeno. Schreurs (1992) demostró que las cianobacterias dominan los lagos con concentraciones relativamente bajas de fósforo soluble (0.1-0.8 mg/L), mientras que las algas verdes dominan estos sistemas cuando este anion se encuentra en concentraciones mayores a 0.8 mg/L.
- Proliferación de algas y cianobacterias
La proliferación de algas y cianobacterias es un signo muy representativo de un sistema eutrófico. Este florecimiento trae consigo problemas de salud humana. Se han identificado más de cincuenta grupos de cianobacterias las cuales tienen la capacidad de producir una gran variedad de toxinas y estar presentes en cuerpos de agua dulce y salada. Los géneros fijadores de nitrógeno más comunes son: anabaena, aphanizomenon, oscillatoria, nodularia, cylindrospermopsis, lyngbya y trichodesmium, mientas que microcystis y planktothrix no tienen esta capacidad (Paerl y Otten, 2013). Entre las algas productoras de toxinas, las comúnmente encontradas en sistemas acuáticos marinos son alexandrium spp., gymnodinium spp., pyrodinium spp., pseudo-nitzchia spp y dynophysis spp (Zingone y Enevoldsen, 2000). Estas toxinas son productos secundarios del metabolismo de las cianobacterias y algas. Generalmente se relacionan con el envenenamiento o riesgos de salud en animales y humanos. Las cianotoxinas pueden ser clasificadas en tres grupos: hepato, neutro y dermato toxinas, las cuales afectan el hígado, el sistema nervioso o la piel, respectivamente. La resistencia y persistencia de las toxinas producidas por estos organismos depende de la estructura y naturaleza del compuesto. Las hepatoxinas son globalmente las más prevalentes seguidas por las neurotoxinas. Las hepatoxinas incluyen: microcystinas, nodularinas y cilindrospermopsinas. Los tipos de neutrotoxinas son anatoxina-a, anatoxina-a (S) y saxitoxinas (fig. 2) (O’neil et al., 2012). Estas toxinas pueden estar presentes libres o unidas a cianobacterias, por lo que las personas pueden estar expuestas a toxinas a través del consumo de agua potable contaminada, el contacto directo con sistemas eutrofizados o por la inhalación de aerosoles.
Las toxinas producidas por algas (dinoflageladas y diatomeas) afectan principalmente a sistemas marinos en los cuales la ingesta de moluscos y peces es la principal causa de intoxicación. Las toxinas algales se relacionan con cinco síndromes: intoxicación paralítica por moluscos, intoxicación neurotóxica por moluscos, intoxicación amnésica por moluscos, intoxicación diarréica por moluscos e intoxicación ciguatera por peces (fig. 3). Muchas de estas toxinas son neurotoxinas las cuales son estables a la temperatura, por lo que la cocción de los alimentos no disminuye su toxicidad. Al contrario, estas pueden ser aerosolizadas o volatilziadas impactando la salud humana a través del tracto respiratorio (Van Dolah, 2000).
Tabla 2. Principales toxinas producidas por cianobacterias (O’neil et al., 2012).
Tabla 3. Síndromes producidos por toxinas producidas por algas (Van Dhola, 2000; Zingone y Enevoldsen, 2000).
- Zonas muertas acuáticas
Las zonas muertas acuáticas son regiones donde la concentración de oxígeno es muy baja (<2 mg/l). Esta condición se conoce como hipoxia y es un fenómeno natural producido en cuerpos de agua dulce y salada en los que los factores climáticos, la geografía del océano, las corrientes y nutrientes favorecen el estado hipóxico (Rabotyagov et al., 2014). Aunque durante los últimos cincuenta años el incremento de contaminantes derivados de actividades humanas ha causado un desbalance en los ciclos biogeoquímicos, lo cual ha provocado la eutrofización de sistemas acuáticos y esto a su vez hipoxia, resultando en regiones extensas de zonas muertas en sistemas acuáticos (Diaz y Rosenberg, 2008).
Hasta 1970 se habían reportado zonas como el lago Erie, la bahía de Chesapeake, el norte del Golfo de México y el mar Báltico. Sin embargo, Díaz y Rosenberg (1995) informaron que existían más de 195 casos alrededor del mundo y en el 2008 esta cifra se había duplicado hasta más de cuatrocientas zonas. En el 2011 Conley y colaboradores añadieron 115 sitios más a la lista localizados en el mar Báltico (Conley et al., 2011).
La formación de estas zonas ocurre en ciertas etapas: en la primera la eutrofización del sistema provoca el depósito y acumulación de materia orgánica la cual es consumida por microorganismos aerobios disminuyendo en gran medida el oxígeno disuelto presente. En la segunda etapa la hipoxia ocurre transitoriamente acompañada por mortalidades masivas de animales bénticos. La tercera fase comienza con el paso del tiempo y con la acumulación de nutrientes en sedimentos, en la cual la hipoxia se convierte estacional o periódica y se caracteriza por ciclos de poblaciones animales. Si la hipoxia persiste por años y la materia orgánica y los nutrientes se acumulan en los sedimentos, comienza la cuarta fase en donde la zona hipóxica se expande y la concentración de oxígeno disuelto continua decreciendo. Se establecen condiciones anóxicas y se comienza a generar H2S microorganismos sulfato reductores presentes en el sistema acuático (Diaz y Rosenberg, 2008).
- Eutrofización en México
En nuestro país existe una gran cantidad de lagos y lagunas con problemas de eutrofización. En 2008 se reportó que 35% de 524 sitios de aguas superficiales de monitoreo en el país la concentración de fosfato total fue mayor a 0.1 mg/L, las regiones que sobrepasaron este límite fueron Noroeste (71%), Balsas (60%), Río Bravo (78%), Cuencas Centrales del Norte (53%), Golfo Centro (68%) y Frontera Sur (88%). La concentración de NO3 fue de 0.2-0.3 mg/L en 27% de los 524 sitios monitoreados, se sobrepasaron estos niveles en las regiones Golfo Norte (59%) y Golfo Centro (86%). La concentración límite para controlar la eutrofización es de 0.1 mg/L por lo las aguas superficiales de estas regiones presentan un potencial de eutrofización. Además de que se considera 0.2 mg/L de NO3 la concentración máxima para prevenir la metahemoglobina en niños (SEMARNAT, 2009).
Entre los casos reportados con problemas de eutrofización se encuentra lago de Chapala en Jalisco (considerado el lago más importante de México) (De Anda et al., 2001). En la península de Yucatán se han reportado lagunas costeras como Celestúm, Chelem, Dzilam, Río Lagartos, Holbox, Chacmochuk, Nichupte, Bojorquez, Ascención y Chetumal, con este problema (Herrera-Silveira y Morales-Ojeda, 2010). La presa de Valle de Bravo, la cual provee de agua a toda la Ciudad de México (Olvera-Viascán, et al., 1998), los lagos urbanos de la Ciudad de México como el de Xochimilco (López-López et al., 2010), el lago viejo de Chapultepec (Alcocer y Lugo, 1995), el lago Tezozomoc (Oliva Martínez et al., 2008), el lago de Tequesquitengo en Morelos, Pátzcuaro en Michoacán, Cajititlán en Jalisco, Zimapán en Hidalgo, entre otros (Bravo-Inclán et al., 2010).
- Control
Se han empleado una amplia variedad de estrategias para minimizar los efectos de la eutrofización, como la aireación hipolimnética (donde el agua del fondo del sistema acuático se trae a la superficie para ser oxigenada y después revertida a la parte inferior del sistema), la biomanipulación (manipulación de las cadenas tróficas para disminuir los niveles de algas), restricciones de carga de nutrientes (reducción de la carga de nitrógeno y fósforo) y el uso de alguicidas, tales como sulfato de cobre (Boyd y Tucker 1998). La aireación hipolimnética es el método más común para mejorar las condiciones de oxígeno del agua y así promover cambios en la especiación de los nutrientes así como en la diversidad, aunque la eficacia de este proceso es dudosa y variable, ya que esta alternativa no es eficaz en lagos poco profundos. Y hay poca evidencia que la aireación reduce la biomasa de algas (Cooke y Carlson 1989). La restricción de nutrientes ha dado lugar a una rápida recuperación de la eutrofización en muchos lagos (Smith y Schindler, 2009). Schindler (2006) observó que al disminuir el suministro de fósforo, aumentó la calidad del agua y disminuyó el crecimiento del fitoplancton. Sin embargo, la reducción de nutrientes puede ser difícil (y costosa) de controlar, especialmente en las zonas agrícolas, donde los nutrientes de algas provienen de fuentes no puntuales. Además, en los lagos, donde la carga externa de nutrientes se ha reducido, la carga interna de nutrientes a partir de sedimentos puede impedir la mejora en la calidad del agua (Søndergaard et al. 2003). El uso de alguicidas también es eficaz en la reducción de algas, sin embargo, su aplicación es costosa, no controlan la causa primaria del problema y plantean riesgos para los seres humanos, el ganado y la fauna silvestre, además de dañar una variedad de organismos acuáticos que no son el objetivo. En general, estas estrategias han demostrado ser ineficaces, costosas o poco prácticas, sobre todo para los ecosistemas grandes y complejos (Edmondson, 1970) por lo que es necesario el implemento de nuevas técnicas, las cuales permitan una recuperación de los sistemas acuáticos. La conciencia pública y la educación sobre la eutrofización también desempeñan un papel importante para su prevención.
- Conclusiones
La eutrofización es un problema de contaminación ambiental que ha ido en aumento a lo largo del tiempo. El crecimiento de la población, la industrialización y el uso excesivo de fertilizantes han generado el enriquecimiento de sistemas acuáticos con grandes cantidades de nutrientes limitantes. Esto tiene una gran repercusión en la calidad del agua y en la alteración de la estructura y función de los ecosistemas, así como en la economía de muchos países. La demanda de los recursos hídricos cada día es mayor, el cambio climático y la contaminación provocan que la disponibilidad de agua potable disminuya aún más. El control de la eutrofización es fundamental y requiere el esfuerzo colectivo de científicos, gobernantes, ciudadanos y distintos sectores industriales para prevenir este fenómeno y para desarrollar tecnologías innovadoras que permitan restaurar a los sistemas acuáticos que actualmente están en este estado.
- Bibliografía selecta
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- Harper, D. Eutrophication of Freshwaters. Netherlands, Springer, 1992.
- International Lake Environment Committee (ILEC). Survey of the State of the World’s Lakes. Oroshimo-cho Kusatsu, 2008.
- Khan, F. A., & Ansari, A. A. “Eutrophication: an ecological vision”. The botanical review, 71(4), 2005, 449-482.
- O’neil, J. M., Davis, T. W., Burford, M. A., & Gobler, C. J. “The rise of harmful cyanobacteria blooms: the potential roles of eutrophication and climate change”. Harmful Algae, 14 (1), 2012, 313-334.
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- Scholten, M. T. Eutrophication management and ecotoxicology. Nueva York, Springer Science & Business Media, 2005.
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1 thought on “Eutrofización: una visión general”
Contaminación ambiental, definición y tipos – CambioVerde
(18 abril, 2023 - 4:32 pm)[…] Bibliografía: https://education.nationalgeographic.org/resource/pollution/https://eacnur.org/blog/que-tipos-de-contaminacion-existen-tc_alt45664n_o_pstn_o_pst/García Lozano, Marleny (2016). Eutrofización: una visión general. Ciencia Cierta, volumen 12 (Nro 47) http://www.cienciacierta.uadec.mx/2016/09/26/eutrofizacion-una-vision-general/ […]