Escúchame con las manos

Víctor Raúl Ruiz García[1]
Cuerpo académico “Expresión visual”
Escuela de Artes Plásticas “Prof. Rubén Herrera”
Universidad Autónoma de Coahuila
Nadia Karina Escobedo de la Cerda
Seminario de Investigación
Escuela de Artes Plásticas “Prof. Rubén Herrera”
Universidad Autónoma de Coahuila

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CienciaCierta #37, Enero-Marzo 2014
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Introducción

Las personas con capacidades diferentes tienen un completo derecho a la participación social, pero ésta no siempre es plena debido a problemas de accesibilidad a diferentes áreas, entre ellas las relativas a la comunicación y al acceso de la información. Esta falta de accesibilidad puede solventarse a través de la aplicación de la condición de diseño para todos en los productos, bienes y servicios ofrecidos por el entorno.

Todos los niños al nacer están predispuestos al aprendizaje de una lengua natural. Los niños sordos poseen también esa predisposición y también adquieren un lenguaje natural, siempre que se les facilite el acceso a dicho lenguaje; esto es de suma importancia en el desarrollo de la etapa infantil.

El lenguaje natural más accesible para los sordos es el de signos, ya que es visual y natural porque se ha desarrollado en una comunidad que lo considera propio. Posee una gramática particular que lo distingue de las lenguas orales; se comunica a través de movimientos de las manos, cuerpo y de la expresión facial. Este lenguaje se aprende mediante mecanismos similares al oral; además, no impide el proceso de aprendizaje, al contrario, lo facilita e incluso tiene efectos positivos si se desea aprender otro tipo de lenguaje. 

Inclusión educativa

Hacer efectivo el derecho a la educación exige garantizar que todos los niños, niñas y jóvenes tengan, en primer lugar, acceso a la educación; pero no a cualquier educación, sino a una de calidad, con igualdad de oportunidades.

Son justamente esos tres elementos los que definen la inclusión educativa o educación inclusiva. Según Aincow, Booth y Dyson (2006), y Echeita y Duk (2008), avanzar hacia la inclusión supone, por tanto, reducir las barreras de distinta índole que impiden o dificultan el acceso, la participación y el aprendizaje de calidad, con especial atención en los alumnos más vulnerables o desfavorecidos, por ser estos los que están más expuestos a situaciones de exclusión y los que más necesitan de una buena educación.

La inclusión educativa se ha analizado por algunos autores como una de las alternativas al llamado “dilema de la diferencia” (Dyson y Milward, 2000; Dyson, 2001; Norwich, 2008). La esencia de éste gira alrededor de la tensión entre ofrecer a cada alumno la respuesta educativa que mejor se ajuste a sus necesidades y, por otro lado, tratar de hacer esto en el marco de sistemas educativos, centros, currículos y aulas comunes, pues es a través de todos ellos donde mejor se pueden aprender los valores, las actitudes y las habilidades sociales que promueven el respeto a la diversidad y la no discriminación.

Como muchos análisis ponen de manifiesto, dicho dilema genera múltiples conflictos y controversias que se van resolviendo episódicamente en el marco de los valores sociales dominantes en cada sociedad, de las políticas educativas que las administraciones sostienen al respecto, y de la calidad de las tecnologías educativas, con las que el profesorado debe hacer frente en sus aulas a las tensiones entre atender a la individualidad en el marco de un conjunto de alumnos diversos que aprenden.

Dos cuestiones aparecen inevitablemente siempre que se aborda la idea de inclusión en el caso de estos alumnos: la lengua y la identidad. Los autores que se oponen a la inclusión de los alumnos sordos en centros ordinarios argumentan la dificultad de desarrollar la lengua de signos o de señas, y la identidad de los niños sordos dentro de los centros educativos con mayoría de alumnos oyentes (Corker, 1994; Stinson y Lang, 1994). Los problemas que señalan se sitúan en la falta de profesores que conozcan y dominen la lengua de signos y la utilicen de forma efectiva en los procesos de enseñanza-aprendizaje de estos alumnos; en las dificultades para interactuar con los alumnos oyentes y con los profesores al no compartir un código comunicativo; así como en las dificultades para seguir el ritmo de aprendizaje de sus compañeros oyentes de aula. Por ello, es preciso contar con docentes que tengan un buen dominio de la lengua, ya que solo así tendrán recursos para ajustar, parafrasear, simplificar o reformular adecuadamente en función de las necesidades de comprensión de su interlocutor. Dado que el niño imita las producciones de los adultos, un uso incorrecto o incompleto provocará una expresión incorrecta e incompleta (figura 1).

Fuente: Nadia Karina Escobedo de la Cerda.
Fig. 1. Inicio de la aplicación interactiva para el aprendizaje del lenguaje de señas mexicanas (LSM).

  

Fuente: Nadia Karina Escobedo de la Cerda. Fig. 2. Menú principal de la aplicación.

 

El proceso de aprendizaje de una lengua oral constituye para el sordo una experiencia visual, por lo que se debe potenciar al máximo el conocimiento a través de la lectura y escritura, pero para que suceda esto el maestro debe ser un profesional capacitado y con las aptitudes necesarias para poder brindarle aprendizaje al niño sordo. 

Aplicación multimedia interactiva

¿Existen aplicaciones que, por sus características, pueden resultar interesantes para los pedagogos, logopedas y educadores? Con el desarrollo y evolución de las tecnologías se ha desarrollado ampliamente un conjunto de aplicaciones denominadas multimedia interactivas que permiten interactuar con el ordenador utilizando diferentes códigos en la presentación de la información (texto, imagen, sonido, etcétera). Estas aplicaciones son las más utilizadas en la educación y en los procesos de intervención en logopedia.

Las aplicaciones multimedia pueden estar almacenadas en CD-ROMs (uso off-line) o residir en páginas web (uso on-line). La evolución producida en los sistemas de comunicación ha dado lugar a este tipo heterogéneo de aplicaciones o programas (figura 2) que tienen dos características básicas:

  • Multimedia: Uso de múltiples tipos de información (textos, gráficos, sonidos, animaciones, videos, etcétera) integrados coherentemente.
  • Hipertextual: Interactividad basada en los sistemas de hipertexto, que permiten decidir y seleccionar la tarea que deseamos realizar, rompiendo la estructura lineal de la información.
Fuente: Nadia Karina Escobedo de la Cerda. Fig. 3. Ejemplo: número 15, palabra con señas, video e imagen

El uso de los diferentes códigos o medios en los que se presenta la información, viene determinado por la utilidad y funcionalidad de los mismos dentro del programa. Y la inclusión de diferentes medios de comunicación –auditivo, visual– facilita el aprendizaje, adaptándose en mayor medida a los sujetos, a sus características y capacidades (pueden potenciar memoria visual, comprensión visual, memoria auditiva, comprensión oral, etcétera).

El contenido de una aplicación interactiva determina su tratamiento, tanto funcional como gráfico; los adultos suelen utilizar las aplicaciones para fines laborales o para tareas orientadas a objetivos (figura 3).

 

Diseño de aplicación interactiva como estrategia didáctica

Como parte de la atención educativa, se propone el diseño de un material interactivo que contenga la lengua de señas mexicanas (LSM) para la educación de alumnos sordos. Este material estará destinado a apoyar a docentes que se enfrentan ante un proceso de inclusión, en donde un alumno sordo ha de formar parte de su grupo tanto social como educativamente.

El material interactivo presentará un camino práctico por el cual empezar a conocer el manejo de estrategias didácticas dentro del aula y apoyar con ellas el acceso a los aprendizajes esperados en los ámbitos de estudio y participación social a partir de estructuras gramaticales. Esto quiere decir que se diseñarán grupos para organizar la información y, así mismo, el aprendizaje de los aspectos básicos del LSM, tales como verbos, adjetivos, saludos, días festivos, parentescos, etcétera.

En base a los conocimientos tanto teóricos como prácticos, el diseño gráfico apoyará la funcionalidad de esta aplicación, mostrando como estas dos áreas que pareciera son totalmente ajenas, pueden unirse y trabajar en conjunto para lograr un fin (figura 4).

Fuente: Nadia Karina Escobedo de la Cerda.
Fig. 4. Ejemplo: color morado, palabra con señas, video e imagen

Esta estrategia didáctica será un diseño en formato electrónico útil y de fácil manejo para los docentes de educación primaria que se encuentran apoyando los procesos de inclusión educativa de los alumnos que cursan el primer grado con discapacidad auditiva, ya que en la estadística del ciclo escolar 2010-2011, en Coahuila, en el Nivel de Educación Especial Estatal, se atendieron 100 alumnos de los cuales 49 cursan con sordera y 51 con hipoacusia.

Cabe señalar que las personas con discapacidad auditiva requieren del LSM, pues se enfrentan a serias dificultades en el manejo del contenido (semántica), la forma (morfosintáctica) y el uso (pragmático) del lenguaje (Hernández, 2011); lo que confirma la necesidad de dar prioridad al manejo de la LSM con una propuesta interactiva que les permita tener competencias que contribuyan al desarrollo integral de los alumnos que atienden.

Se busca que tenga aplicabilidad dentro de las aulas regulares y apoye al campo de la educación en el estado de Coahuila, y beneficie a los estudiantes con discapacidad y necesidades educativas especiales, ya que se estará en condiciones de bridarles alternativas para comunicase con las personas que están a su alrededor.

Conclusión

Lo importante no es el lugar físico en el que se encuentran niños sordos, sino la capacidad de los sistemas educativos (en su totalidad) para encontrar soluciones adaptadas a las características de los alumnos sordos, que permitan su desarrollo lingüístico, emocional, social y académico (Antia et al., 2002; Giorcelli, 2004; Powers, 2002).

Estas cuestiones son importantes cuando planificamos la educación de los alumnos sordos, y son aún más importantes si consideramos y aceptamos su doble y compleja pertenencia o vinculación con el colectivo de personas sordas y con la sociedad mayoritariamente oyente.

Por ello, la sociedad (comenzando con la familia y siguiendo con la escuela y servicios sociales posteriores) debe ofrecerles oportunidades para desarrollar habilidades y competencias que les permitan crecer como personas seguras, capaces de relacionarse y de actuar de forma lo más autónoma y satisfactoria posible en ambos contextos sociales.

 

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CienciaCierta #37, Enero-Marzo 2014
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Referencias

Chávez, A. (2009). Las maravillas de la comunicación están en nuestras manos. Jalisco, México: SEP.

Hernández, N. (2011). Manual de Comunicación. Coahuila: Talleres Gráficos Sección 38.

Monjo, T. (2011). Diseño de interfaces multimedia. UOC.

Domínguez, A. B. (Marzo, 2009). Educación para la inclusión de alumnos sordos. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva,3(1). Recuperado de http://www.rinace.net/rlei

[1] Autor para correspondencia: docvruiz@hotmail.com

Post Author: CC

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